... y no sé cómo sentirme
Acabo de tirar mi primer frasco de Chanel a la basura. El caso es que no me siento ni bien ni mal, pero siempre supuse que éste debía ser un momento especial en mi vida. Y, bueno, decidí abrazar la ex-moda de abrirme un blog.
Ha sido como que muy horrible. Durante meses racaneando las gotas de mi bote de Egoïste, comprándome colonias baratas que alargase la vida de mi frasco de Egoïste sobre la estantería de mi baño. ¿Para qué? Para que llegado este momento, ya no queden gotas que sacarle y haya tenido que tirarlo a la basura.
Tirar un bote de agua olorosa de más de 10.000 pelas es algo más que importante. Significa el paso a los excesos de la opulencia. Sufrí como un loco cuando solté el dinero hace ya varios años para comprarme este tarro de cristal. Y, ahora, he sido capaz de tirarlo sin más.
Me he sentido en mi momento Preysler al cambiar la cerámica del suelo de su casa cada dos por tres, me he sentido Liz Taylor al regalar una esmeralda a su prima la pobre, me he sentido Tita Cervera al donar parte de su colección para crear un museo... Me he sentido RICA por unos instantes. Nada mejor que tirar 10.000 a la basura con desdén en las manos, asco en la nariz e indiferencia en los ojos.
No, chic@s, no. No es nada comparable a tirar el dinero en las discotecas. Eso jode y me seguirá jodiendo. Nunca soportaré regalar 6 euros (mínimo) por un garrafón inhigadable.
Pero ese no es el tema. El caso es que ni me siento bien ni mal. Lo he tirado y punto. Ha hecho "clinc" dentro del contenedor al chocar con otras botellas de vino de mesa. Yo me siento igual pero ¿y ella? Tras ser admirada y venerada en la estantería de mi baño, de repente se encuentra que debe pasar la noche a la intemperie, rodeada de botelluchas color verde indecente, mezclando su embriagadora fragancia con el tufillo al alcohol del barato: DYCs, Málaga Virgen, Petronov y demás. Con un poco de suerte le habrá tocado alguna de Black Label o Cardhu. ¡Vete a saber!
En fin, allá se ha quedado, así de mal acompañada. Y rauda que me he ido a colocar el nuevo frasco de Chanel Egoïste en su lugar de la estantería del baño... y no sé cómo sentirme.
Ha sido como que muy horrible. Durante meses racaneando las gotas de mi bote de Egoïste, comprándome colonias baratas que alargase la vida de mi frasco de Egoïste sobre la estantería de mi baño. ¿Para qué? Para que llegado este momento, ya no queden gotas que sacarle y haya tenido que tirarlo a la basura.
Tirar un bote de agua olorosa de más de 10.000 pelas es algo más que importante. Significa el paso a los excesos de la opulencia. Sufrí como un loco cuando solté el dinero hace ya varios años para comprarme este tarro de cristal. Y, ahora, he sido capaz de tirarlo sin más.
Me he sentido en mi momento Preysler al cambiar la cerámica del suelo de su casa cada dos por tres, me he sentido Liz Taylor al regalar una esmeralda a su prima la pobre, me he sentido Tita Cervera al donar parte de su colección para crear un museo... Me he sentido RICA por unos instantes. Nada mejor que tirar 10.000 a la basura con desdén en las manos, asco en la nariz e indiferencia en los ojos.
No, chic@s, no. No es nada comparable a tirar el dinero en las discotecas. Eso jode y me seguirá jodiendo. Nunca soportaré regalar 6 euros (mínimo) por un garrafón inhigadable.
Pero ese no es el tema. El caso es que ni me siento bien ni mal. Lo he tirado y punto. Ha hecho "clinc" dentro del contenedor al chocar con otras botellas de vino de mesa. Yo me siento igual pero ¿y ella? Tras ser admirada y venerada en la estantería de mi baño, de repente se encuentra que debe pasar la noche a la intemperie, rodeada de botelluchas color verde indecente, mezclando su embriagadora fragancia con el tufillo al alcohol del barato: DYCs, Málaga Virgen, Petronov y demás. Con un poco de suerte le habrá tocado alguna de Black Label o Cardhu. ¡Vete a saber!
En fin, allá se ha quedado, así de mal acompañada. Y rauda que me he ido a colocar el nuevo frasco de Chanel Egoïste en su lugar de la estantería del baño... y no sé cómo sentirme.
6 comentarios
Rafael del Barco Carreras -
Por Rafael del Barco Carreras
Y en el cuento de la Cenicienta, amor y patriotismo desmesurado, que genera una venta al Estado por 44.000 mil millones de las pesetas de 1993 (sin impuestos y en Suiza), más otros miles de millones para las obras del MUSEO THYSSEN, intervienen la CASPOSA PRENSA, parte de LA FAMILIA REAL, y unos cuantos vividores que dan cuerpo a la fantasía y pelotazo. El PAPANATISMO de nuevo al servicio de un excelente negocio. Y el tema continúa con más ventas, pues ni entonces vendieron TODA LA COLECCIÓN, ni lo MEJOR de ella, y abierto el camino continuarían comprando para después vender al ESTADO, siempre el mejor cliente del mundo. Sin entrar en discutidas malicias editadas por Europa, y de algún técnico dudando de la autenticidad de algún RUBENS. Una autoridad mundial a la que se acallará, como se despidió al director del Prado por incordiar con aquello de que en los sótanos de la Pinacoteca Nacional había más y de mejores. A nadie se le ocurrirá la retroacción por posible falsedad de la compra de ese Rubens. ¡Que más da un Rubens más o menos!, todos los museos del Mundo exhiben falsificaciones, además sería, según el autor europeo, del mejor falsificador de todos los tiempos, DE HORI, al servicio del Barón.
Viví, a través de mi socio ANTONIO PARÉS NEIRA (que por desgracia me presentó a su abogado Pascual Estevill) el desembarco en Barcelona de TITA CERVERA, tras su ruinoso y ruidoso matrimonio con ESPARTACO SANTONI. Tito, administrador de la sociedad arrendataria del HOTEL RITZ de Barcelona, además de anfitrión y hotelero de TITA (gratis total y con madre incluida), fue el primer gerente de la FUNDACIÓN THYSSEN, sin aun existencia legal, y murió distanciado de los BARONES después de distinguido entre los pocos españoles en la boda de Londres y antes de ver culminada la gran venta. En la necrológica de su amigo, el periodista de la Vanguardia Sandoval repetiría aquello de que solos se quedan los muertos. Tenía 52 años, y demasiadas cosechas y noches gastadas. El Ritz, en decadencia entonces (por ello traspasado gratis por su anterior arrendatario Gutiérrez Manchón, con mi intervención y asociación), 1978, era una especie de hotel de los líos, donde los cuadros, buenos y falsos, formaron parte de los enredos. Los enjuagues vividos y oídos (hasta en primera persona por Tita) entretuvieron mis horas de cárcel en 1993, escribiendo una novela que una vez impresa nadie quiso distribuir. EL MUSEO CONDE VON TURNER. Desde luego una fantasía que no cuadraba con lo que nos vendían a través de la prensa, pero indiscutiblemente quizá más cerca de la realidad de lo que la Baronesa defiende con uñas y dientes, amenazando con abogados, o parapetándose tras la Familia Real. En definitiva la compra la ratificó con carácter de urgencia la Comisión Permanente de las Cortes, una vez disueltas por convocadas las elecciones de 1993, con de nuevo GONZÁLEZ de Presidente a pesar de los pronósticos (el carisma y la poca dentadura de la oposición de Aznar dejó pasmados a los socialistas con cuatro años por delante para limpiar la casa, en lo que coincidían con sus socios los de Pujol), por lo que nada a objetar en cuanto a sacramentos legales. Pero un tiempo aquel de demasiadas corrupciones para no torcer la nariz ante semejante urgencia y dinero. La venta por AMOR, embadurnada con intensas campañas de cesiones gratuitas o cheques en blanco en Inglaterra y EEUU, se desarrolló y remató con matemática ingeniería. Se conoce a los mejores abogados del País que intervinieron en la operación pero a ninguno de los mejores técnicos en arte. Una tacada de 800 cuadros que por venir de donde venían, y con padrinos conocidos, se declararon DOGMA DE FE.
Personalmente no creo que la NUERA, en el supuesto que aplique una mínima parte de la FILOSOFÍA DE VIDA de su suegra, horade tanto la FORTUNA THYSSEN que devuelva a la Baronesa a los tiempos de BARCELONA, pero es evidente que le jode que una aficionada pizpireta lo intente y consiga sustanciosos mordiscos. ¡A Noé con inundaciones!. Ese AMOR, cree ella, tiene tantas connotaciones con el suyo que lanza toda su caballería para impedirlo. El amor materno le traiciona, surgen las vísceras, mal enemigo en su pirámide de naipes. Pero ¡cuidado!, recibiendo mucho más de lo imaginado y merecido por su encantos y el amor que inspiraba al viejo Thyssen, no valora que ella le aportaba un País salido del fondo de los siglos, con amigos para compartir libaciones y capacidad de maniobra, donde a nadie se le ocurriría dudar de un barón, que no era barón, y con trayectoria vital relegándole a fiestas mediterráneas con señoritas de compañía. Un País a propósito para reblanquear cuadros y restos de fortunas de procedencia nazi (una práctica normal en el franquismo), y tras la muerte de Dictador, apareciendo tanto fantasma y mafioso con yate y jet que de no ser por la capacidad mediática de Tita, y las relaciones públicas de Tito Parés, dominando cinco idiomas (los dos se conocieron de estudiantes por Suiza), el barón, uno más. ¡Una pena que José Luis de Vilallonga muriera sin explayarse!.
A propósito, el hijo BORJA se parece más a mi amigo el godo TITO PARÉS, más canijo, con hijos de tres madres, más o menos al mismo tiempo, que al señalado como padre el mediterráneo MANOLO SEGURA.
Y otra curiosidad, cuando después de mis tres años en la cárcel de nuevo conecto con Tito, iniciados los 84, me habla del Barón, y él, que dejé con un hotel en franca quiebra, es no solo rico, sino multimillonario, con adosado en la selecta Pleta del Vall de d´Arán donde residen los Reyes en sus estancias invernales, se construye una casa en Llabaneres, y ha comprado y duplicado su piso en Turó Park. La crem de la crem. Yo tenía graves cuentas pendientes con él, pero ante tanta magnificencia y proyectos aparqué mis reservas. Su mayor obsesión, la compra de pintura a como diera lugar. Decía tener un catedrático de Bellas Artes en Córdoba que lo certificaba todo. De no tener ni idea de arte, se había convertido, igual ahora Tita, en todo un experto.
Ver www.lagrancorrupcion.com
egoscar -
Maggie Wang Kenobi -
Sintiéndolo mucho, hasta que no termine de bajarse del emule el ático en la Castellana, no tendré espacio en casa para poder guardar frascos vacíos... que estrés.
egoscar -
ace76 -
Sigo insistiendo en que Maggie Wang debería sacar un disco... Por lo menos, un single!
Manué -
Queda mejor al lado de la de Isey Miyake.
Welcome to the blog world (se dice asín?).