Yo a lo mío...
Yo sigo con mi estrés, que pa algo lo llevo conmigo misma y lo cultivo canidá, lo sepasss. Que na, que vivo sin vivir en mí y me da que seguiré así unas poquitas horas más, totá, pa na, ya veréis. Y es que es una sensación que me recuerda cantidá a las ladillas.
Primero te pica y te preguntas hace cuánto te duchaste por última vez. Cuando te das cuenta de que no se trata de que seas un poco guarro, porque recién dushao sigue picando, empiezas a investigar. Y te miras y te miras y, de repente, hay algo que te saluda con las patitas: ¡Hola, estoy aquí! Entonces te estresas cantidá ¿y ahora que hago yo? ¿a quién le digo yo esto? Pasan las horas sin atreverte a dar el paso, hasta que te dejas de tonterías y lo consultas con algún supuesto experto: "nene, cómprate Yacutín y en un par de días, te olvidarás de ello". El susodicho yacutín te lo tienes que echar por tol cuerpo, incluido el pelo de la cabeza (los hay que hasta que se dan cuenta resulta que tienen ladillas hasta en las pestañas, y eso debe dolé musho). "¡Tienes caspa! - No, lo que cae son ladillas muertas, ejem" Que estrés. Pero el caso es que el yacutín no sólo quema a las pobres ladillas que intentan sobrevivir acurrucaditas en la raiz de tus pelitos, sino que te quema toa la piel. ¡Años de crema hidratante! ¿Para qué? To requetequemao.
De lo mejor que tienen las ladillas es bajarte de cuando en cuando los calzoncillos (blancos a ser posible) y ver una veintena de nuevas ladillas tiesas colgando de él. También, para contraatacar el estrés, es estupendo arrancarte los pelitos e ir estrujandolas: hacen un crack la mar de relajante. Y como tienes tantas, puedes pasarte horas con tal entretenimiento.
Pero eso no es tooooodo, es que tras tres días abrasándote la piel (bueno, vale, no es pa tanto), te dicen que te peines los pelopolla para recoger cualquier liendre superviviente (que casi nunca queda ninguna) y que eches insecticida a toa la ropa para matar a las ídem. Eso sí, una que es moderna y fashion ante todo, se compra insecticida olor a lavanda y tol mundo te para pa decirte "que bien que hueles, tiatiatia, ¿qué colonia usas". Tampoco es plan de sacarla de su error y decirle "po es insecticida a la lavanda, que toy infestada de ladilas, japuta", mejor decirle que es una muestra pero no sabes de qué colonia.
Y, para rematar, te queda cuando a la semana siguiente de oler estupendamente a lavanda, te bañas y ¡ahí están otra vez! No te las puedes quitar de encima. Entonces te estresas cantidá y no te relaja ni bajarte el calzoncillo, ni espachurrarla haciendo crack ni nada por el estilo. Te vas corriendo a comprar cuatro tipos distinto de geles anti-piojos y te tiras dos semanas como loco bañándote por la mañana y por la noche, mirando cada vello que tienes en tu cuerpo cada dos por tres, yendo al baño a mirar de nuevo, estresándote con cada lunar que tengas porque te piensas que es una nueva ladilla...
Bueno, el caso, que tras esa terapia de megachoque, terminas con la piel un tanto puajjj pero a las ladillas no se les vuelve a ocurrir aparecer de nuevo... hasta que te encuentras con el típico gilipollas que aún no se ha dao cuenta que las tiene y vuelta a empezar. Esto le pasó a mi amigo el de la foto, que se fue a una sauna a follar y está como loco buscándose ladillas por los pelopolla (que, el pobre, no tiene más sitio donde guarecer sus ladillas) a ver si consigue hacer crack con ellas.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Para más info pincha aquí. Para tener Filvit Champú de reserva, acude aquí.
Primero te pica y te preguntas hace cuánto te duchaste por última vez. Cuando te das cuenta de que no se trata de que seas un poco guarro, porque recién dushao sigue picando, empiezas a investigar. Y te miras y te miras y, de repente, hay algo que te saluda con las patitas: ¡Hola, estoy aquí! Entonces te estresas cantidá ¿y ahora que hago yo? ¿a quién le digo yo esto? Pasan las horas sin atreverte a dar el paso, hasta que te dejas de tonterías y lo consultas con algún supuesto experto: "nene, cómprate Yacutín y en un par de días, te olvidarás de ello". El susodicho yacutín te lo tienes que echar por tol cuerpo, incluido el pelo de la cabeza (los hay que hasta que se dan cuenta resulta que tienen ladillas hasta en las pestañas, y eso debe dolé musho). "¡Tienes caspa! - No, lo que cae son ladillas muertas, ejem" Que estrés. Pero el caso es que el yacutín no sólo quema a las pobres ladillas que intentan sobrevivir acurrucaditas en la raiz de tus pelitos, sino que te quema toa la piel. ¡Años de crema hidratante! ¿Para qué? To requetequemao.
De lo mejor que tienen las ladillas es bajarte de cuando en cuando los calzoncillos (blancos a ser posible) y ver una veintena de nuevas ladillas tiesas colgando de él. También, para contraatacar el estrés, es estupendo arrancarte los pelitos e ir estrujandolas: hacen un crack la mar de relajante. Y como tienes tantas, puedes pasarte horas con tal entretenimiento.
Pero eso no es tooooodo, es que tras tres días abrasándote la piel (bueno, vale, no es pa tanto), te dicen que te peines los pelopolla para recoger cualquier liendre superviviente (que casi nunca queda ninguna) y que eches insecticida a toa la ropa para matar a las ídem. Eso sí, una que es moderna y fashion ante todo, se compra insecticida olor a lavanda y tol mundo te para pa decirte "que bien que hueles, tiatiatia, ¿qué colonia usas". Tampoco es plan de sacarla de su error y decirle "po es insecticida a la lavanda, que toy infestada de ladilas, japuta", mejor decirle que es una muestra pero no sabes de qué colonia.
Y, para rematar, te queda cuando a la semana siguiente de oler estupendamente a lavanda, te bañas y ¡ahí están otra vez! No te las puedes quitar de encima. Entonces te estresas cantidá y no te relaja ni bajarte el calzoncillo, ni espachurrarla haciendo crack ni nada por el estilo. Te vas corriendo a comprar cuatro tipos distinto de geles anti-piojos y te tiras dos semanas como loco bañándote por la mañana y por la noche, mirando cada vello que tienes en tu cuerpo cada dos por tres, yendo al baño a mirar de nuevo, estresándote con cada lunar que tengas porque te piensas que es una nueva ladilla...
Bueno, el caso, que tras esa terapia de megachoque, terminas con la piel un tanto puajjj pero a las ladillas no se les vuelve a ocurrir aparecer de nuevo... hasta que te encuentras con el típico gilipollas que aún no se ha dao cuenta que las tiene y vuelta a empezar. Esto le pasó a mi amigo el de la foto, que se fue a una sauna a follar y está como loco buscándose ladillas por los pelopolla (que, el pobre, no tiene más sitio donde guarecer sus ladillas) a ver si consigue hacer crack con ellas.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
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9 comentarios
el dillo -
Y a vosotros, folladores promiscuos: no seais joputas y avisad, coño, que esto pica un huevo (bueno, los dos...), que yo esta semana tenía plan y la chica se va a pensar que soy de los de "Amo a Laura", porque a ver como la digo que no voy a enseñarle a mis nuevos vecinos...
carla -
si tienes ladiyas en las pestañas..que tienes que hacer ponerte yacutin tambien? plis es urgente besos.
Maggie Ladillera -
Vicen -
No sé si amí me gustaría que alguien me dijera que soy su ladilla, es que no suena nada bien....
Maggie Wang Kenobi -
Manué -
Maggie Wang Kenobi -
Por cierto, mira mi enlace y descubrirás qué he grabao al mediodía, jurjur
Manué -
Manué -