Ssssuperindignada...
Resulta que ayer el Congreso de los Diputados admitió a trámite lo del proyecto de ley para las bodas mariquitas. Lo cierto es que está lejos aún de ser promulgada pero ya es un primer paso echar para atrás las intenciones del "donde dije digo digo diego" del PP.Y, gilipichi de mí, toda la mañana estuve dando vueltas a ver si veía alguna concentración de curas de sotana, señoras de perlas y caballeros de pisacorbatas, con sus pancartas y sus ripios reivindicativos. Todo el rato mirando pal frente del Congreso esperando que llegasen en alocada concentración superespontánea.
Yo, con mi silla de playa apostado enfrente de donde pensaba yo que se pondrían, al calor del escaso solecito que se asoma a la placita que, ansianos como debían ser, debían buscar los rayos del lorenzo. Sentado en mi silla de playa y con medio kilo de palomitas y alguna que otra de esas golosinas hechas de petróleo (¿o es leyenda urbana eso también?) pero nada. No aparecieron ni las PPMari-Marujonas, ni los del Club de Fans de Carol Botija ni ningún otro.
Bueno que, claro, llegas a casita a ver el telediario y te das cuenta que los carajotes estos preferían perder el tiempo levantando el brazo ante un pedestal solitario en Nuevos Ministerios y llorando amargamente por la ausencia de El Caudillo. Mira, mari, que hay que ser gilipollas.
En fin, un completo fracaso la defensa de la columna vertebral de la moral en este país: ¡se cargan la institución sagrada del santo matrimoño y los adalides de la virtud pasan olímpicamente! ¿Qué será ahora de la reserva espiritual de Occidente? Sin la defensa a ultranza de las hordas católicas me da a mí que, maricones del mundo, tendréis que reinventar otra excusa para no casarse, lo sepasss.
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Maggie Wang Kenobi -
Soliloco -