Po ya vorví
Tuve visita rápida a Portugal: salida a las 9:30 de la mañana tras soltar a la hija del jefe en el cole ssssuperpijomonjil y llegada a las 00:20. Contando con que se tarda en coche unas cinco horas y media de viaje, la estancia fue breve. Pero cumplimos la misión de intentar vender algo (repito misión de "intentar" no de "realmente vender". Y todo el camino lluviendo de mala manera. Me cuesta describir la sensación de ir en un coche conducido por una persona con cierta parálisis en el lado izquierdo, con lluvia, niebla y a 180km/h. Menos mal que, en previsión del estrés, dormí poco y pasé casi todo el viaje durmiendo.
Una vez allí, paradita en Casa Vidal a tomar cochinillo. Que hay que ser palurdo para irse a Portugal a comer cochinillo, pero es que somos así. Eso sí, agradecí profundamente que se ahorraran la cabeza y las patitas del pobre cerdito. La primera vez (aunque con esta son dos que lo pruebo) nos pusieron el cerdito enterito en la mesa. Y yo no podía parar de pensar en el pobre cochinillo que me miraba con cara de cordero degollado (bueno, de cochinillo sacrificado y asado) y en sus patitas que me decían: ¡hace un par de días yo era feliz corriendo por el monte, tiatiatia, y ahora sucia asquerosa me vas a comer. Total, que casi ni probé en aquella ocasión el cochinillo. Esta vez sí, aunque me daba yuyu eso de que crujiera la piel en la boca. Vamos, que me reducí a comer los trozos que no me recordaran a ninguna parte del cerdito y separando la piel, directo a la carne, que pa algo uno es maricón y le encanta incar el diente a la canne. Y, a todo esto, si asan los cochinillos enteros ¿también asan la pilililla y los cojoncillos? ¿alguien le ha tocado comer las pudenda de los cerditos? ¿eh? Que estrés de mí.
Pues eso, que aparte de torturarme en el coche con Jiménez Losantos y con un popurrí de Julio Iglesias, me torturaron con el cochinillo y, una vez en la reunión, me torturaron con la técnica de mi jefe. En mi tierra le llamariamos "jartible", que es que es muuuuu pesao el pobre y no para de repetirse una y otra vez. Él lo achaca a la dislexia. Yo lo achaco a una dosis de hablar por hablar. Algún día os contaré mi viaje en China en la que él no paraba de bromear sobre "las tías" y, claro, nos llevaron a un puticlub.
En fin, que siento mucho haberos dejado desamparados un par de días, pero es que entre el cataloguillo de marras y mi conexión portuguesa, no he podido hacer nada más. Eso sí, me da que hasta el jueves próximo no volveré a escribir por aquí.
Para los que os preguntéis a cuento de qué viene la foto, os comento que es lo que me ha salido en el google al poner estrés+viaje. Cosas que le pasan al google de cuando en cuando. Pasaoslo mu bien, aunque sin mí nunca sea lo mismo.
Besos varios
Una vez allí, paradita en Casa Vidal a tomar cochinillo. Que hay que ser palurdo para irse a Portugal a comer cochinillo, pero es que somos así. Eso sí, agradecí profundamente que se ahorraran la cabeza y las patitas del pobre cerdito. La primera vez (aunque con esta son dos que lo pruebo) nos pusieron el cerdito enterito en la mesa. Y yo no podía parar de pensar en el pobre cochinillo que me miraba con cara de cordero degollado (bueno, de cochinillo sacrificado y asado) y en sus patitas que me decían: ¡hace un par de días yo era feliz corriendo por el monte, tiatiatia, y ahora sucia asquerosa me vas a comer. Total, que casi ni probé en aquella ocasión el cochinillo. Esta vez sí, aunque me daba yuyu eso de que crujiera la piel en la boca. Vamos, que me reducí a comer los trozos que no me recordaran a ninguna parte del cerdito y separando la piel, directo a la carne, que pa algo uno es maricón y le encanta incar el diente a la canne. Y, a todo esto, si asan los cochinillos enteros ¿también asan la pilililla y los cojoncillos? ¿alguien le ha tocado comer las pudenda de los cerditos? ¿eh? Que estrés de mí.
Pues eso, que aparte de torturarme en el coche con Jiménez Losantos y con un popurrí de Julio Iglesias, me torturaron con el cochinillo y, una vez en la reunión, me torturaron con la técnica de mi jefe. En mi tierra le llamariamos "jartible", que es que es muuuuu pesao el pobre y no para de repetirse una y otra vez. Él lo achaca a la dislexia. Yo lo achaco a una dosis de hablar por hablar. Algún día os contaré mi viaje en China en la que él no paraba de bromear sobre "las tías" y, claro, nos llevaron a un puticlub.
En fin, que siento mucho haberos dejado desamparados un par de días, pero es que entre el cataloguillo de marras y mi conexión portuguesa, no he podido hacer nada más. Eso sí, me da que hasta el jueves próximo no volveré a escribir por aquí.
Para los que os preguntéis a cuento de qué viene la foto, os comento que es lo que me ha salido en el google al poner estrés+viaje. Cosas que le pasan al google de cuando en cuando. Pasaoslo mu bien, aunque sin mí nunca sea lo mismo.
Besos varios
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