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Blog con las dudas existenciales de una geisha pop

Me voy a comprar Geisha TV

Me voy a comprar Geisha TV Y es que la tele está imposible últimamente. Nada más que gente tirándose los trastos los unos a los otros: añoro la etapa en que mi cándida amiga Isabel llenaba los programillas con su presencia al hablar nuevamente de su nuevo marido.

Ahora sólo te encuentras con petardas que se suicidan, petardos que se suicidan, novias católicas apocalípticas... El asqueroso dinero que arrastra a estos seres humanillos a lo más pestilente de la tele y otros medios de comunicación. Yo, con lo sutil y volátil que soy, ya no veo debates de altos niveles sino de barriobajeras. Lo único que falta es que nos saquen el plató a un mercadillo de barrio y salgan las marujas con el chándal (eso sí, nada de suaves sedas en sus rollizos cuerpos) y tirándose las lechugas a la cabeza. En fin, al menos esto último sí que sería un reality show y no una patata prefabricada e insoportable.

Además, para colmar el mal gusto, no sólo tenemos que tragarnos la reiteración de lo repetido, sino que, por si poco me interesaran las vanalidades triviales de mis congéneres humanos, encima quieren que me trague a la Terelu Campos presentándolo. ¡Que la metan en la cárcel por insoportabla! ¡Y a Shangay Lily detrás por seguirle el juego!

¿Y qué me decís de las noticias? ¿eh? Pero si no hay diosa nipona que las vea hoy en día: sólo violencia y más violencia. Que si EEUU ataca Irak, que si los iraquíes pegan tiros por acá, que si el Paco mata a la Paca, que si a un culero le explota una bolsa de coca en el recto en el aeropuerto (bueno, en el aeropuerto dentro del recto, no, en el recto dentro del aeropuerto o dentro del aeropuerto del recto o... bueno, que me violencio)... Lo dicho, un estrés.

Que ya no hay respeto por las de mi clase, que se nos estropea el cutis con tanta cutrez y falta de sentido, que no que no. Que incluso el otro día vi en el Canal Cosmopolitan un desfile que imitaban unas trincheras y la última colección de H.G. parece más destinada a vestir Bollullos que París: ¿dónde vamos a llegar?

Y si te metes en la página de MTV España resulta que te encuentras con que Melendi y algunos ciclistas participan en un villancico (algo encantador) que es un "himno al doping" (sic). ¡Pero donde vamos a llegar! ¡Los ciclistas y un modelo para nuestra juventud públicamente cantando a las drogas! En mi época, te endrogabas viva pero no lo cantabas por ahí, era un acto íntimo entre tu cucharilla, tu papel de plata, tus drogas y tú (o alguien al lado) pero no lo cantabas en público.

Lo dicho, que me voy a comprar mi propio canal de TV de pago (de pagar mucho, claro) y así no me estresaré tanto ni me saldrán espinillas. Ni que decir tiene que ya sabéis quién será el presentador estrella de mi cadena de TV ¿verdad? (aunque entiendo que a estas alturas ni te acuerdes de la foto que encabeza el artículo, amnésica perdía estás, shica).

Y para que os desestreséis, aquí os dejo un rato de más violencia gratuita (esta vez on-line) con las cosas del Yo, robot. Contadme qué tal os va :-D

¡A divertirse!

2 comentarios

Maggie Wang Kenobi -

No creo que haga falta el ticket. Ya le he comentau que si puede, te llame y se acerque al Congreso pa dejártelo y lo cambiamos :-S

Manué -

¡qué malo es aburrirse, tiatiatia!.
Espero tener un programa de seguidilla, jota y fandangos, en tu canal. ¿Te hace?
Po cierto, que al Óscar no le funciona el CD. ¿Guardaste el tiket?